Con los ajetreos del verano y sin poder leer los periódicos para no intoxicarnos más, se nos había pasado la noticia, tachán...., de que los chicos de Radiohead habían sacado a comienzos de verano nada menos que su noveno álbum: A MOON SHAPED POOL. Me he enterado esta semana, lo he escuchado dos o tres veces (una vez en los auriculares y otra haciendo mermelada de higos) y me he puesto la mar de contento: ¡¡¡LA LEYENDA CONTINUA!!!
He leído alguna crítica o algún comentario por la red y todos los fans coinciden con mi primera apreciación. Por mucho que te hayas empapado de la música de Radiohead, cada disco es distinto y cada canción tiene su toque de gracia. La clave, a mi modesto parecer, es que los álbumes de Radiohead son eso, ALBUMES, y que aunque las canciones sean más o menos buenas, los mejores momentos se producen en la mezcla de temas o en la transición de una canción a otra. El cerebro de esa forma de organizar los temas en álbumes dicen que es el llamado "sexto miembro" de Radiohead, o sea, su productor e ingeniero de sonido NIGEL GODRICH, a quien no tenía el gusto de conocer y... dar mi reconocimiento.
(El único problema que tengo ahora es que aún no sé conectar el Spotify del móvil al loro del coche ayyyy; a ver si alguno de esos ingenieros de la familia me echa pronto un cable... jjj)
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