Echando un vistazo a la isla de Wight y recordando los festivales de música que allí se celebraron a finales de los sesenta en la onda del norteamericano Woodstock, di con el nombre de un grupo que me sonaba muchísimo de aquellos años setenta, THE MOODY BLUES, un grupo que después había olvidado casi por completo. Me puse a rastrear sus hits y no tardó en salir el extraordinario NIGHTS IN WHITE SATIN, pero el álbum en que estaba incluido era tan pretencioso, con esas mezclas tan espantosas de sonido de orquesta y músicas incipientemente psicodélicas, que pensé que tenía que haber algo más.
Di después con un documental biográfico del grupo en youtube y, como no tenía subtítulos, apenas me pude ir enterando de la sucesión de sus cinco o seis primeros álbumes, todos bastante irregulares. Había temas que tenían materiales muy próximos a los que manejaban los Beatles, incluidos también, ay, los temas pachangueros o gamberros tipo Yellow Submarine que estos colaban de vez en cuando entre sus obras magistrales.
Por suerte encontré en el documental un temazo que lo tenía pegado en la memoria de aquellos finales de los sesenta y que no había vuelto a escuchar desde entonces, RIDE MY SEE SAW, y como es normal me dio un vuelco el corazón. Es el tema con el que abre el álbum IN SEARCH OF THE LOST CHORD de 1968 que he tratado de escuchar entero un par de veces sin conseguirlo, porque hay temas tan malos que da vergüenza ajena seguir hasta el final. Y eso que, como decía, hay momentos de buena música y siempre muy buenas voces.
En fin, que no voy a perder mucho más tiempo con THE MOODY BLUES, grupo irregular donde los haya.
En la historia de la música moderna hay muchos más grupos de los de uno o dos temas de éxito que de los que tienen la coherencia musical de componer buenos álbumes, así que es lógico que los ilustre con un youtube y ya.
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